Esta es una raza especializada para la cacería. Como mascota en el hogar puede ser muy bueno, siempre y cuando no se olvide que en su linaje los instintos de mascota no son reforzados. Es fácil de entrenar pero su cerebro y corazón están en el campo tras el ave. Las clases de obediencia se le deben comenzar desde temprana edad. Es bueno con los niños de la casa, aunque los instintos del perro son primordialmente de abandonarlo todo y seguir su olfato cuando huele una posible presa, y no regresa ni descansa hasta que logra su propósito. No es buen guardián. Requiere ejercicio diario, preferiblemente un patio cercado donde pueda correr. Los expertos no lo recomiendan para la vida en apartamento. No se le debe dejar en el patio sin protección adecuada en climas fríos.
Les gusta jugar con los niños de la casa. No es agresivo hacia las personas desconocidas. No demuestra problemas con los otros perros. El pelo requiere cuidado mínimo. El acompañante perfecto para la persona que le gusta ir a hacer ejercicio como caminar o correr, aunque siempre que esté fuera de casa debe de mantenerlo con la correa
POMERANIA
Buen guardián, avisa cuando algo fuera de la rutina sucede. Bueno con los niños de la casa, siempre que se respete al perro. Se le puede mantener en apartamento o casa. El pelo requiere mantenimiento.
El Pomerania es muy activo, inteligente, valeroso y leal. No obstante, puede que no interactue bien con niños pequeños, y debido a su pequeña talla puede sufrir abusos de los niños. Hay que tener en cuenta que es un perro rencoroso, y de carácter fuerte, como todos los spitz, por lo que no tolerará los maltratos por parte de los pequeños, y llegará a morder. Si se llega a esta situación, el animal lo recordará siempre, y se mostrará esquivo y molesto en presencia de niños.
Pueden adiestrarse como perros guardianes, anuncian la llegada de intrusos con ladridos agudos y sonoros. Desafortunadamente, la falta de un adiestramiento concienzudo les ha dado una reputación de ladradores constantes y sin motivo.
El Pomerania se adapta fácilmente a la vida urbana y son excelentes para el campo, donde se despierta el profundo instinto cazador de sus antepasados silvestres.
No les gusta especialmente el contacto físico, aunque sí agradecen las caricias, y que les rasquen la espalda y las orejas, donde son más sensibles.
Es un perro enormemente celoso, caprichoso y territorial, y debido a su pequeño tamaño, los dueños suelen malcriarlos y consentirlos.
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