En el cachorro recién nacido, los gemidos pueden ser una expresión de placer. Más tarde se convierten en un signo de dolor, miedo o malestar.
-Los alaridos indican dolor físico.
-Los aullidos implican aislamiento o simplemente miedo a la soledad.
-Los gruñidos expresan enfado, pero no agresividad.
-El perro emite ladridos con voz grave cuando se siente seguro de sí mismo; los ladridos agudos son propios del perro que duda de lo que está haciendo.
LA MÍMICA DEL PERRO
El perro expresa sus sentimientos y sus sensaciones a través de la mímica. Es así como se comunica con sus congéneres y con el ser humano. En la expresión del rostro del perro intervienen básicamente cinco elementos: la cabeza, las orejas, los ojos, los dientes y los labios.
Cada uno puede expresar un sentimiento diferente. Cuando el porte de la cabeza es alto, el perro está seguro de sí y, en cierto modo, se encuentra a gusto. Si está bajo, en cambio indica sumisión o timidez. Las orejas pueden estar erguida, quiere decir que el perro se siente bien, o gachas, suele ser una mala señal. Cuando tiene miedo, a veces se le eriza el pelo. Y si retrae los labios y muestra claramente los dientes, significa que está dispuesto a atacar.
¿A QUE EDAD CONVIENE EMPEZAR A EDUCAR UN CACHORRO?
La educación debe empezar a partir de los dos meses, nada más entrar el cachorro en su nueva casa y, se prolongará durante tres o cuatro meses.
¿HAY UNA EDAD A PARTIR DE LA CUAL YA NO PUEDAN ENSEÑARSE ÓRDENES A UN PERRO?
El perro es un animal muy receptivo entre los dos y los ocho meses. Pasada esta edad, su capacidad natural de obedecer disminuye, aunque no por ello dejará de aprender nociones nuevas.
¿POR DÓNDE DEBE EMPEZAR LA EDUCACIÓN DEL CACHORRO?
Conviene comenzar siempre por las órdenes básicas de aseo y de conducta (aprender a sentarse, a aceptar la correa, a acudir la llamada y a saber estar solo)
¿QUÉ MÉTODO UTILIZAREMOS?
El método positivo, a base de recompensas, es preferible al sistema punitivo para los perro de compañía. Cundo el perro se ha comportado bien, deberá se recompensado con alguna comida que le guste, con golosinas o con caricias. Cuando se comporte mas, en cambio, se le ignorará.
NORMAS BÁSICAS
1- LAS NORMAS DE ASEO
El aprendizaje ha de tener lugar entre los tres y los cinco meses. Primero hay que delimitar una zona: lo más sencillo es preparar un rincón en la cocina o en el baño con papel de periódico. Es preferible que el lugar escogido se encuentre dentro de casa, y no sea el balcón o la terraza, por que el cachorro no percibirá la diferencia con el exterior.
Es importante observar el perro a lo largo del día para saber cuándo tiene ganas de orinar. Normalmente gira sobre si mismo, huele el suelo y se agacha. Si vemos que se comporta de este modo, no debemos dudar en cogerlo y colocarlo sobre el montón de papel. Cuando haya acabado de hacer sus necesidades, lo premiaremos.
El paso siguiente consistirá en obligarlo a que haga sus necesidades fuera de casa. En este caso, habrá que enseñarle que nos indique cuándo quiere salir o a aguantarse hasta la hora del paseo.
Otro aspecto muy importante es el horario, al que debe adaptarse por fuerza. Por ejemplo, lo sacaremos a pasear inmediatamente después de las comidas, de dormir o de jugar.
2-APRENDER A QUEDARSE SOLO
La forma más fácil de hacerlo es no ocuparse del cachorro durante aproximadamente un cuarto de hora antes de salir, y dejarlo tranquilamente en su rincón.
Previamente a irnos, podremos llevarlo a pasear, pero no hemos de hacerlo inmediatamente antes de salir, para que el paseo no se convierta en un indicio de nuestra marcha.
Al principio dejaremos solo al cachorro por espacio de pocos minutos, para que se dé cuenta de que siempre regresaremos, y poco a poco iremos alargando nuestros ratos de ausencia.
3-CAMINAR CON LA CORREA
Primeramente el cachorro debe aceptar el collar y después, la correa. Para colocarle el collar aprovecharemos un momento de juego.
En las primeras salidas conviene evitar en la medida de lo posible las calles muy concurridas. Aguantaremos siempre la correa floja por encima del lomo del animal, sin que llegue nunca a tensarse,
El perro deberá caminar a nuestro lado, sin adelantarse ni girar a nuestro alrededor enrollándonos. Es aconsejable que el animal camine siempre en el mismo lado. Así sabe dónde colocarse y no va constantemente de un lado a otro.
Es importante hablarle, y dar la orden después de pronunciar su nombre, POR EJEMPLO: ¡Rex, aquí! Si el animal no respeta esta posición y se adelanta, podemos corregirlo con un ¡NO!, al tiempo que damos un tirón seco con la correa para que vuelva a la altura deseada.
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